domingo, 29 de septiembre de 2013

Yo creo, sí creo.

Imagina que es allá las 23.59 de la noche, estás tumbado en tu cama mirando al techo (escuchando música) mientras reflexionas sobre lo mierda que es tu vida (pero eh, hay vidas peores a la tuya), de golpe suena un pitido, ya son las doce; ya no puedes decir "mañana cuando me levante..." porque hoy es mañana, pero al no haber ido a dormir se te hace raro.
Escuchas un ligero golpe en tu ventana "parece que me hayan llamado", piensas. Te vuelves hacia ella e intentas vislumbrar lo que hay tras la cortina que te separa del exterior. Una extraña luz rosada. Vuelves a escuchar, y esta vez con claridad, distingues a la perfección que te han llamado. Una hada. "¿Una hada? ¿Qué coño...?" Y te ofrece la posibilidad de seguir tu vida con normalidad con la diferencia de un pequeño detalle sin importancia: no habrías conocido a X persona. La que tú quieras. Que si Pepito, que si Juanito, tu madre o tu exnovio.
"¿Y a quién escojo yo ahora?" Piensas, porque, si dejas de conocer a tal persona, el curso de tu vida puede cambiar, y si no preguntádselo a nuestro gran amigo del alma Doc (para quién no lo sepa, que vea Regreso al Futuro. La primera parte, las demás no valen mucho).

Y tú, ¿a quién escogerías? ¿O dejarías pasar la oportunidad?

Yo arrancaría las alas a la hada y le robaría los poderes, pero sht, que es un secreto, no vaya a ser que no venga a visitarme.

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