domingo, 4 de agosto de 2013

Deirdre.

Pelirroja como el pelaje de un zorro expuesto al cielo de un atardecer y pálida como la frondosa nieve que nadie espera.
Una chata nariz con una pequeña galaxia de pecas.
Con ojos castaños que han visto los paisajes más bellos de toda Irlanda.
Bajita y delgada.
Deirdre viste como si cada día fuera una cálida pero húmeda tarde de primavera, faldas y vestidos de seda, camisas estampadas con botones.

Su corazón es como un jardín, rodeado de la valla más alta que puedas imaginar,
nunca nadie ha conseguido saber cómo está realmente,
nunca nadie la ha hecho sonreír,
nunca nadie la ha enamorado,
aunque ella sí lo haya hecho.

1 comentario:

  1. Es precioso, que lo sepas.
    Te sigo leyendo aunque no comente mucho jajaja, un beso enorme, nos leemos :)

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